Las mujeres de Patillal tienen una belleza natural, ademanes graciosos que reflejan su ternura y, en algunos casos, timidez. Siempre han sido amantes del diseño de vestidos con telas que, durante la primera mitad del siglo XX, eran traídas por comerciantes andariegos desde Barranquilla y confeccionados por la modista preferida. Los zapatos también eran un motivo de preocupación y conversación. Los encargaban, en la misma época, a Barranquilla y a Villanueva, Guajira.
Han sido quienes preservan, para su descendencia y para los interesados, la riqueza de la historia, los versos, los poemas, los recuerdos de las viejas conversaciones, las recetas y las condiciones de la vida de otros momentos, por medio de la tradición oral.
Su personalidad es paciente, austera, romántica y generosa. Sus padres las cuidaban con esmero y les heredaban la tradición de respeto a sí mismas, tal como dejó consignado Tobías Enrique Pumarejo en “Muchacha patillalera”:
Muchachos vengo a decirles
Vengo a decirles una cosa
Que yo estoy enamorado
Cuésteme lo que me cueste.
Si esa muchacha me quiere
Y es verdad que ella me adora,
Aunque sus padres no quieran
Es maldad que se molesten.
Y cuando a uno le duele el corazón
Ay vive lleno de pena y de dolor
Tú sabes que te quiero morenita
Ay dame como consuelo una sonrisa.
Lograr conquistarlas ha sido un objetivo difícil de conseguir para los hombres. La conquista desplegaba un esfuerzo que podía resultar placentero o doloroso y desesperante, como afirma Alejandro Durán en “Joselina Daza”:
En el pueblo e’ Patillal
Tengo el corazón sembrado
Y no lo he podido arrancar,
Tanto como he batallado.
Oye Joselina Daza
Lo que dice mi acordeón
Yo no sé lo que te pasa
Con mi pobre corazón.
Cuando el vallenato no se había adueñado de la expresión de los sentimientos, los enamorados recurrían a postales y poemas. Así, una sola mujer logró reunir en sus manos cien postales cargadas de esperanzas nunca realizadas:
Con esta humilde postal
Te expreso mis sentimientos.
Y acabo de completar,
De tus postales, el ciento.
(Ángel Silva Martínez)
Y, otra alcanzó una fama que tocó las puertas de un corazón lejano que nunca pudo siquiera, conocerla:
Te conocí en la fama bulliciosa,
Me basta ya la inspiración ajena.
Dizque tú eres del límpido Malena,
La Náyade o la Rosa Jericó.
(Autor desconocido)
lunes, 5 de mayo de 2008
Las patillaleras y el amor
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4 comentarios:
Que bueno saber cómo son las de mismo género, las de mi mismo país pero de diferente región... todas tenemos algo en común; pero también por lo que escribes cada región forma a cada persona y las hace únicas.
Con este tema me siento aludida como patillalera que soy y me remonto en los recuerdos a mi adolescencia, con las fotos que aqui muestras.
Recuerdo esos tiempos de ensoñacion cuando a luz de la luna paseabámos por la sabana de Patillal un grupo de Jovencitas y nos deleitábamos contemplandola sentadas alrededor del monumento a la Virgen que se encuentra en el centro del pueblo, en algunas ocasiones se acercaban algunos de nuestro queridos compositores a contarnos los versos que acaban de componer ese dia como sucedio en una ocasion con Fredy Molina que se acerco a mi prima Carmen Cecilia y a mi para solicitar nuestra opinion sobre la cancion "El Pajarito" que la hizo en respuesta a la que le habia compuesto a el Gustavo Gutierrez ,muy bonita por cierto.
Con este tema tambien evocas la memori de nuestras abuelas las que nos inculcaron los valores morales y nuestra identidad familiar.
Buena Por esa.
Gisela
Hay diferentes formas de contar nuestras propias vivencias y usando el vallenato es una de las mas bellas.
Tengo que decirlo... si vas a patillal corres un peligro; y es el de enamorarte, estas mujeres tienen una convinacion de cualidades explosivas (ternura, timidez, coqueteria, y su hermosura desde todos los angulos), asi que si quieres ir por alla, ya sabes a que atenerte!!!
Y otra cosa que no se puede ignorar, la prima miriam maestre se ve muy buena en esa foto!!! jeje...
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